1. Una etapa nueva en la vida. Con el primer trabajo se abren nuevas perspectivas de independencia financiera, pero también surgen nuevas necesidades y responsabilidades.
La primera realidad en esta nueva etapa es que tendrá unos ingresos propios. Pero también tendrá nuevas obligaciones profesionales y personales y, por lo tanto, nuevas necesidades económicas. Si empieza ahora con un exceso de endeudamiento, será muy difícil alcanzar algún día una verdadera independencia. Conviene comenzar con buen pie en la gestión de sus finanzas.
- Gaste siempre menos de lo que ingresa.
- Tenga cuidado con el endeudamiento.
- Empiece a ahorrar e invertir cuanto antes.
2. Entender el recibo de sueldo. Comprender bien los distintos conceptos que los integran puede resultar imprescindible para una adecuada gestión de su economía personal. Acostúmbrese a revisar y conservar sus recibos.
3. Aprender a utilizar la cuenta bancaria. Conozca las características de las cuentas a la vista y compare la oferta de las distintas entidades. Conozca beneficios y contras.
4. Gestione sus finanzas. Tome desde el primer momento las riendas de su economía. Vigile sus gastos y adopte hábitos financieros saludables.
Cuando uno es joven, empieza una vida nueva y cuenta con ingresos propios, las posibilidades son ilimitadas y las oportunidades para gastar, también. Le surgirán muchas necesidades nuevas y muchas otras tentaciones. La regla número uno es siempre, siempre, siempre gastar menos de lo que se ingresa. Recuerde siempre que el dinero prestado, aunque sea sin interés, son los ingresos de mañana que se están gastando hoy. La gratificación instantánea de comprar a plazos puede hacernos caer en un círculo de consumismo compulsivo que siempre acaba en un exceso de endeudamiento, sumamente peligroso para nuestra salud financiera.
No se deje engañar por la publicidad que insinúa que podrá comprar todo lo que quiere gracias a un préstamo o a un crédito. Los gastos siempre han de mantenerse de acorde con su nivel de ingresos y no con la disponibilidad de crédito.
En vez de acudir a la financiación ajena, cultive el hábito de ahorrar para poder realizar sus compras. Es la mejor forma de priorizar y distinguir entre lo que realmente necesita y aquello que no puede permitirse.
Pague las deudas
Tener que pagar deudas reduce el dinero que tiene disponible para vivir y ahorrar.
5. Hacer posible sus sueños a través del ahorro y la inversión. Con una adecuada gestión de sus ingresos y gastos, llegará un momento en que podrá plantearse la posibilidad de obtener un mayor rendimiento de sus ahorros.
Hay dos formas de ganar dinero:
- Trabajar para ganar su dinero.
- Hacer que su dinero trabaje para usted.
Incorpore el ahorro a su presupuesto. En cuanto empiece a recibir ingresos, debe convertir el ahorro en parte de su vida. Si embargo el segundo paso es la inversion, ya que Invertir no es lo mismo que ahorrar. Ahorrar es no gastar el dinero para poder acumularlo. Puede ser debajo del colchón o, más recomendable, depositado en algún instrumento financiero que pague interés, lo que contribuirá a que acumule todavía más. Invertir, en cambio, significa arriesgar parte de ese dinero con la esperanza de ganar más a cambio. Podrá tener la posibilidad de ganar mucho pero también la posibilidad de no ganar nada e incluso de perder el dinero invertido. La diferencia entre ahorrar e invertir es, precisamente, esa incertidumbre o “riesgo”.
El ahorro y la inversión van de la mano, porque sólo podrá invertir si ha acumulado antes.
Repase sus objetivos financieros y determine cuánto tiempo y cuánto dinero necesitará para cumplirlos. Para aquellos objetivos a corto plazo, es decir aquellas cosas que necesitará pagar dentro de un año o dos, es mejor guardar el dinero en productos seguros y líquidos, como cuentas o depósitos bancarios. Pero para aquellos objetivos con plazos de cinco o diez años o más, puede ser interesante arriesgar parte de su dinero en uno o varios de los productos de inversión que hemos mencionado.
Ahorrar para la jubilación debe figurar entre los objetivos financieros de todo el mundo, sea cual sea su edad. Si usted es joven, podrá acumular un fondo muy importante, sin mucho esfuerzo, para disfrutar de una jubilación cómoda. Esto es debido al factor tiempo, que veremos a continuación.
En general, cuanto más tiempo tiene, más riesgo puede correr. Las inversiones a largo plazo tienden a diluir el riesgo de las subidas y bajadas diarias de los mercados financieros. Y cuando uno es joven, cuenta además con más oportunidades para recuperar posibles pérdidas.
6. La mayor ventaja de la juventud: el tiempo. Los jóvenes tienen una enorme ventaja para ahorrar e invertir: el tiempo. El tiempo es el mejor aliado del inversor. Es algo valiosísimo que no se puede vender ni comprar. Cuando se agota, ya no se puede recuperar.
¿Por qué es el tiempo el mejor aliado del inversor? La razón se esconde en el interés compuesto, el que generan los mismos intereses que usted ha recibido.
El tiempo es el factor que más influye en una inversión a largo plazo. Y está a disposición de ricos y pobres por igual. Pero cuando se va, ni los más adinerados lo pueden recuperar. Hágase un gran favor: ¡no espere más para empezar a ahorrar e invertir!
Si usted está cobrando un sueldo y viviendo todavía en casa de sus padres tiene una oportunidad de oro. Aproveche esta época de pocos gastos para ahorrar al máximo de sus posibilidades. No se repetirá la ocasión de poder tener dinero disponible y muchos años de intereses compuestos por delante.
7. La emancipación - ¿Sueño imposible?. Sin duda se trata de un reto importante desde el punto de vista económico, pero no es imposible. Valore las distintas alternativas. Uno puede ahorrar e invertir, mientrs vive con los padres, para despues poder comprar su vivienda. Lo importante es armar un plan y cumplirlo. No es complicado.
La primera realidad en esta nueva etapa es que tendrá unos ingresos propios. Pero también tendrá nuevas obligaciones profesionales y personales y, por lo tanto, nuevas necesidades económicas. Si empieza ahora con un exceso de endeudamiento, será muy difícil alcanzar algún día una verdadera independencia. Conviene comenzar con buen pie en la gestión de sus finanzas.
- Gaste siempre menos de lo que ingresa.
- Tenga cuidado con el endeudamiento.
- Empiece a ahorrar e invertir cuanto antes.
2. Entender el recibo de sueldo. Comprender bien los distintos conceptos que los integran puede resultar imprescindible para una adecuada gestión de su economía personal. Acostúmbrese a revisar y conservar sus recibos.
3. Aprender a utilizar la cuenta bancaria. Conozca las características de las cuentas a la vista y compare la oferta de las distintas entidades. Conozca beneficios y contras.
4. Gestione sus finanzas. Tome desde el primer momento las riendas de su economía. Vigile sus gastos y adopte hábitos financieros saludables.
Cuando uno es joven, empieza una vida nueva y cuenta con ingresos propios, las posibilidades son ilimitadas y las oportunidades para gastar, también. Le surgirán muchas necesidades nuevas y muchas otras tentaciones. La regla número uno es siempre, siempre, siempre gastar menos de lo que se ingresa. Recuerde siempre que el dinero prestado, aunque sea sin interés, son los ingresos de mañana que se están gastando hoy. La gratificación instantánea de comprar a plazos puede hacernos caer en un círculo de consumismo compulsivo que siempre acaba en un exceso de endeudamiento, sumamente peligroso para nuestra salud financiera.
No se deje engañar por la publicidad que insinúa que podrá comprar todo lo que quiere gracias a un préstamo o a un crédito. Los gastos siempre han de mantenerse de acorde con su nivel de ingresos y no con la disponibilidad de crédito.
En vez de acudir a la financiación ajena, cultive el hábito de ahorrar para poder realizar sus compras. Es la mejor forma de priorizar y distinguir entre lo que realmente necesita y aquello que no puede permitirse.
Pague las deudas
Tener que pagar deudas reduce el dinero que tiene disponible para vivir y ahorrar.
5. Hacer posible sus sueños a través del ahorro y la inversión. Con una adecuada gestión de sus ingresos y gastos, llegará un momento en que podrá plantearse la posibilidad de obtener un mayor rendimiento de sus ahorros.
Hay dos formas de ganar dinero:
- Trabajar para ganar su dinero.
- Hacer que su dinero trabaje para usted.
Incorpore el ahorro a su presupuesto. En cuanto empiece a recibir ingresos, debe convertir el ahorro en parte de su vida. Si embargo el segundo paso es la inversion, ya que Invertir no es lo mismo que ahorrar. Ahorrar es no gastar el dinero para poder acumularlo. Puede ser debajo del colchón o, más recomendable, depositado en algún instrumento financiero que pague interés, lo que contribuirá a que acumule todavía más. Invertir, en cambio, significa arriesgar parte de ese dinero con la esperanza de ganar más a cambio. Podrá tener la posibilidad de ganar mucho pero también la posibilidad de no ganar nada e incluso de perder el dinero invertido. La diferencia entre ahorrar e invertir es, precisamente, esa incertidumbre o “riesgo”.
El ahorro y la inversión van de la mano, porque sólo podrá invertir si ha acumulado antes.
Repase sus objetivos financieros y determine cuánto tiempo y cuánto dinero necesitará para cumplirlos. Para aquellos objetivos a corto plazo, es decir aquellas cosas que necesitará pagar dentro de un año o dos, es mejor guardar el dinero en productos seguros y líquidos, como cuentas o depósitos bancarios. Pero para aquellos objetivos con plazos de cinco o diez años o más, puede ser interesante arriesgar parte de su dinero en uno o varios de los productos de inversión que hemos mencionado.
Ahorrar para la jubilación debe figurar entre los objetivos financieros de todo el mundo, sea cual sea su edad. Si usted es joven, podrá acumular un fondo muy importante, sin mucho esfuerzo, para disfrutar de una jubilación cómoda. Esto es debido al factor tiempo, que veremos a continuación.
En general, cuanto más tiempo tiene, más riesgo puede correr. Las inversiones a largo plazo tienden a diluir el riesgo de las subidas y bajadas diarias de los mercados financieros. Y cuando uno es joven, cuenta además con más oportunidades para recuperar posibles pérdidas.
6. La mayor ventaja de la juventud: el tiempo. Los jóvenes tienen una enorme ventaja para ahorrar e invertir: el tiempo. El tiempo es el mejor aliado del inversor. Es algo valiosísimo que no se puede vender ni comprar. Cuando se agota, ya no se puede recuperar.
¿Por qué es el tiempo el mejor aliado del inversor? La razón se esconde en el interés compuesto, el que generan los mismos intereses que usted ha recibido.
El tiempo es el factor que más influye en una inversión a largo plazo. Y está a disposición de ricos y pobres por igual. Pero cuando se va, ni los más adinerados lo pueden recuperar. Hágase un gran favor: ¡no espere más para empezar a ahorrar e invertir!
Si usted está cobrando un sueldo y viviendo todavía en casa de sus padres tiene una oportunidad de oro. Aproveche esta época de pocos gastos para ahorrar al máximo de sus posibilidades. No se repetirá la ocasión de poder tener dinero disponible y muchos años de intereses compuestos por delante.
7. La emancipación - ¿Sueño imposible?. Sin duda se trata de un reto importante desde el punto de vista económico, pero no es imposible. Valore las distintas alternativas. Uno puede ahorrar e invertir, mientrs vive con los padres, para despues poder comprar su vivienda. Lo importante es armar un plan y cumplirlo. No es complicado.