Saber elaborar y seguir un presupuesto es fundamental para gestionar bien sus finanzas personales. Gracias al presupuesto podrá controlar sus ingresos y gastos, lo que le permitirá sacar más provecho a su dinero.
1- Lleve las riendas de su economía
Un presupuesto es algo más que un mal necesario. Con independencia de cual sea su nivel de ingresos, el presupuesto es una herramienta imprescindible ya que le ayudará a sacar más partido a su dinero.
- ¿Sabe usted exactamente cuánto dinero ingresa y cuánto gasta cada mes?
- ¿Sabe en qué se gasta cada $?
- ¿Tiene problemas para llegar a fin de mes?
- ¿Ahorra todos los meses o se le va todo el dinero en pagar facturas y deudas?
- ¿Cuenta con una reserva de dinero para los gastos imprevistos?.
- Si usted o su pareja perdieran sus ingresos, ¿cuánto tiempo podría seguir pagando sus gastos actuales?
Todos tenemos objetivos financieros a medio y largo plazo: comprar una casa, cambiar de coche, pagar las deudas, pagar los estudios de nuestros hijos o los cuidados de nuestros mayores, tomar unas vacaciones, ahorrar lo suficiente para vivir cómodamente después de la jubilación…
Por desgracia, muchas personas no se acercan cada mes más al logro de sus objetivos porque el dinero “se les va” en gastos diarios. Incluso tiene verdaderas dificultades para llegar a fin de mes. Sorprendentemente, ocurre también en familias que disponen de buenos ingresos.
Quizás elaborar un presupuesto le suene a algo complicado, como privarse de cosas que desea o, incluso, de las necesarias. En realidad, es todo lo contrario. El presupuesto es la forma más eficaz para sacar todo el provecho a nuestro dinero.
Al principio requiere un poco de esfuerzo, pero luego se convierte en un hábito muy beneficioso que nos permite identificar en qué gastamos nuestros ingresos y hacer los ajustes necesarios para ahorrar un poco más cada mes, y así lograr nuestros objetivos a largo plazo.
El presupuesto sirve para:
- Saber en qué se va el dinero.
- Priorizar los gastos.
- Reducir o eliminar las deudas.
- Apartar alguna cantidad todos los meses para ahorrar, teniendo en cuenta los objetivos a largo plazo.
- Evitar discusiones de pareja.
- Acumular un fondo para emergencias.
- Vivir dentro de nuestras posibilidades, con la tranquilidad que esto supone.
- Hacer previsiones de futuro.
- Llevar un seguimiento y control para no desviarnos.
2 - Paso 1: Identificar los ingresos y gastos
Probablemente sepa con qué ingresos cuenta cada mes, pero ¿sabe en qué lo gasta? Puede que le sorprenda descubrirlo.
Ingresos:
Empezamos por listar todas las entradas de dinero. Las más importantes suelen ser el salario, pero no olvide otros posibles ingresos como pensiones alimenticias, intereses de cuentas bancarias, subvenciones, trabajos extras y percepciones de sistemas de previsión social.
Gastos:
Los gastos son TODAS las salidas de dinero, por mas pequeñas que sean. Para saber realmente en qué situación estamos, hay que incluir todos los gastos actuales, desde la vivienda hasta los pequeños desembolsos diarios, como asi tambien vacaciones, regalos, etc. Todo detallada durante un mes. El resultado puede sorprender.
Una vez que tengamos una estimación fiable de nuestra situación financiera, podemos proceder al siguiente paso.
3 - Paso 2: Evaluar los gastos y hacer ajustes
Ahora toca hacer los ajustes necesarios para gastar el dinero de forma inteligente. La clave está en fijar prioridades. Gastar más de lo que se ingresa es sumamente peligroso. Si este es su caso, hay que economizar como sea.
En muchos hogares, los ingresos mensuales son relativamente estables, pero los gastos varían. Unos meses se gasta menos y al final hay un poquito de superávit. Otros meses los gastos son mayores que los ingresos y se recurre al superávit de meses anteriores para pagarlos. Y así van tirando mes a mes, pero sin llegar nunca a controlar la situación. Los problemas surgen cuando hay varios meses seguidos en los que los gastos superan a los ingresos. Entonces se agotan los ahorros y no hay más remedio que pedir dinero prestado para atender a los pagos.
En realidad, es aconsejable que los gastos no superen el 90% de los ingresos, para poder ahorrar, como mínimo, el 10% restante cada mes. Este 10% se puede destinar a reducir las deudas, a crear un fondo para emergencias y a lograr los objetivos financieros a medio y largo plazo, como acumular capital para una adquisición importante y preparar la jubilación. Sin ahorro, nada de esto es posible. Sin ahorro nunca tendremos el control sobre la situación.
Evidentemente, cuanto más ahorre, antes logrará sus objetivos, contará con más opciones de inversión y dispondrá de más control sobre su vida y su futuro.
Así que ajuste su presupuesto, tanto si tiene problemas para llegar a fin de mes como si le hubiera gustado ahorrar un poco más. Para ello sólo hay dos opciones: aumentar los ingresos o reducir los gastos.
Como normalmente al principio no está en nuestras manos aumentar los ingresos, lo habitual es tener que reducir gastos. Pero, ¿Cómo reducir gastos?
Nunca es divertido recortar gastos, pero hasta lograr una situación financiera saneada suele ser un mal necesario. La clave está en priorizar.
Conviene distinguir entre:
- Gastos fijos obligatorios: como la hipoteca o alquiler de la casa y las cuotas de otros préstamos. Su importe no varía mucho mes a mes.
- Gastos variables necesarios: comida, ropa, electricidad, etc.
- Gastos discrecionales: todos los demás gastos que, en caso de necesidad, se podrían reducir o eliminar.
Gastos discrecionales
Se trata de todos aquellos gastos para cosas que nos gustan, pero que no son imprescindibles. Cuando hay que recortar, deben ser los primeros. Todos podemos descubrir gastos superfluos que realmente no añaden mucho a nuestra calidad de vida, y que drenan fondos que podríamos utilizar para otros fines más productivos.
Calcule honestamente lo que representan al año las cosas que se compran porque “están bien de precio”, los DVD que sólo se ven una vez, las suscripciones de revistas que no se leen, los mensajes multimedia y descargas para el teléfono móvil y las comidas innecesarias fuera de casa. Tener mucho cuidado con los lujos disfrazados de necesidades!
Dicho esto, en cuanto hayamos salido de los números rojos, es buena idea presupuestar algo para ocio, siempre sin endeudarnos. También hay que disfrutar de la vida, y los presupuestos son como las dietas: los demasiado estrictos suelen fracasar. Lo importante es buscar la forma de incluir estos conceptos dentro del presupuesto y ajustarse para no gastar más de lo permitido.
Gastos variables necesarios
Electricidad, comida, transporte, son gastos necesarios para vivir, pero de los que podemos ahorrar si hacemos un uso racional. Por ejemplo, tenemos la posibilidad de reducir la factura de la luz apagando lámparas, ajustando el termostato y utilizando lamparas de bajo consumo.
Como estos gastos son necesarios, normalmente sólo es posible economizar haciendo pequeños recortes. Un poquito aquí, un poquito allá, es el ahorro típico de la hormiguita: comprar marcas más económicas, andar o utilizar transporte público en vez de pagar gasolina y parking, coger el autobús o metro en vez de un taxi, comprar ropa, muebles y electrodomésticos sólo durante las rebajas y sólo si hace falta!, comparar precios de distintos establecimientos, buscar el mejor plan para el teléfono e Internet, etc. Suele haber más margen de lo que piensa.
Gastos fijos obligatorios
Son, por ejemplo, la hipoteca o el alquiler de la vivienda, impuestos u otros préstamos bancarios. Hay que pagarlos sin falta y sus importes son difícilmente negociables. Si no se abonan al banco dentro de los plazos establecidos, se aplicarán gastos adicionales de demora, engordando cada vez más la deuda y la cantidad a pagar. Además, puede verse afectado nuestro historial crediticio, lo que dificultará la obtención de crédito en el futuro. Hay que pagar estos gastos al principio y sin falta.
4 - El ahorro como gasto fijo obligatorio.
Hay que enfocar al ahorro como una recompensa o un pago que se hace a sí mismo todos los meses.
Con la excepción de unos pocos afortunados, todos trabajamos mucho para ganar nuestros salarios; dinero que luego se destina a pagar a los demás: al banco, al propietario del lugar en donde vivimos, a los colegios, al Estado, a las compañías de electricidad, teléfono y seguros. Todos son pagos necesarios, pero ¿por qué uno no se paga también a sí mismo?. ¿Solo con gastos nos gratificamos?
Ya hemos mencionado la importancia del ahorro para lograr nuestros sueños y el objetivo de guardar cada mes por lo menos el 10% de los ingresos. La mejor forma de lograrlo es incorporando ese 10% dentro de los gastos fijos obligatorios del presupuesto. Es decir, asuma la obligación de pagarse una cantidad fija cada mes antes de presupuestar otros conceptos variables. Separe todos los meses un 10% de sus ingresos, como mínimo. Quizá su entidad bancaria ofrezca alguna opción para transferir esta cantidad desde su cuenta a alguna cuenta de inversion o cuenta de ahorro, de forma automática todos los meses. Lo importante es lograr el hábito a principios de mes antes de gastar el dinero en otras cosas, ya que si nos acostumbramos a no contar con este 10% dedicado al ahorro, no lo percibiremos como un dinero que podemos gastar.
Posiblemente, según sus circunstancias personales o la etapa de su vida, después de realizar todos los recortes posibles, el presupuesto siga siendo demasiado ajustado para permitir este 10% de ahorro mensual. No se desespere; póngase de momento una cantidad menor, un 5% o incluso menos. Aunque sólo pueda ahorrar 5 ó 10 euros cada mes, merece la pena. La cantidad es menos importante que la constancia. Busque la forma de incorporar el ahorro sistemático, por pequeño que sea, a su manera de vivir.
5 - Paso 3: Aplicar el nuevo presupuesto y hacer un seguimiento.
Empiece ya a poner en práctica su nuevo presupuesto y recobre el control sobre su vida financiera. Recuerde que el objetivo es que nuestros ingresos cubran todos nuestros gastos, incluido el 10% destinado al ahorro mensual. Una vez identificados los recortes necesarios para conseguirlo, confeccione su presupuesto y comprométase a cumplirlo. Planifique los gastos y el ahorro y convierta su cumplimiento en un hábito
6 - Paso 4: Revisar el presupuesto y hacer los ajustes necesarios
Una vez que tenga un presupuesto realista y bien elaborado, el seguimiento y control de sus gastos se convertirá en un hábito. Es normal revisar varias veces el presupuesto para que se ajuste a la realidad con objetivos alcanzables. Si sus ingresos aumentan, no deje que sus gastos aumenten por igual importe, si quizas en el mismo porcentaje.
7 - Consejos para gestionar mejor el presupuesto
Le ofrecemos algunas recomendaciones para asegurar el éxito de su presupuesto. Verá como se trata de un pequeño esfuerzo que merece mucho la pena.
- Sea sincero sobre cuánto se gasta al mes. Coteje las cifras con la realidad.
- Si vive en pareja o tiene familia, involúcrelos en el presupuesto.
- Sea metódico y clasifique, ordene y guarde sus papeles y documentos.
- Busque un sistema para hacer un seguimiento de los gastos que resulte cómodo para todos. Agenda, calendario o PC. lo que le resulte mas cómodo.
- Apunte en el calendario las fechas de los vencimientos de pagos: contribución, impuestos de circulación, pólizas de seguros, cuotas de préstamos y todos los recibos domiciliados. Esta previsión le evitará sorpresas y penalizaciones por demoras o por saldo negativo.
- Compruebe los extractos de cuentas, los recibos domiciliados y los resúmenes de tarjetas de crédito en cuanto se reciben y contacte con su entidad bancaria si no entiende algo o si cree que hay un error.
- Controle regularmente su presupuesto: mida sus gastos y repase sus cuentas bancarias con frecuencia. Si es necesario, proceda a los ajustes oportunos para hacer frente a algún imprevisto.
Apuntar los ingresos y los gastos permite prever cuándo necesitará emplear fondos adicionales procedentes del ahorro o de préstamos e identificar qué gastos se podrían reducir o aplazar hasta un momento de mayor desahogo económico. Si se ajusta al presupuesto verá cómo su dinero se estira.
El control de sus cuentas bancarias, con los documentos a mano y ordenados, le permite, en caso de necesidad, demostrar que ha pagado una deuda o una factura y reclamar cualquier cobro indebido.
Si todo esto le parece trabajo y esfuerzo extra, considere que si no lleva el control de su dinero es imposible llevar el control de su vida. ¿Acaso hay algo que merezca más unos minutos de dedicación?
8 - Resumen
Razones para elaborar un presupuesto:
- Gestionar mejor su dinero
- Ver como aumentan sus ahorros
- Mejorar su calidad de vida
Consejos para llegar a fin de mes:
- Conozca bien todos sus gastos (apunte todo durante un mes).
- Priorice los gastos y elimine aquellos que no mejoren su calidad de vida.
- Recorte los gastos discrecionales y reduzca en lo posible los variables hasta que la totalidad de sus desembolsos no supere el 90% de los ingresos.
- Utilice dinero en efectivo para sus gastos diarios.
- Elimine deudas por las que paga un interés alto (entre otras, los pagos aplazados de las tarjetas).
- Aparte alguna cantidad todos los meses para ahorrar.
1- Lleve las riendas de su economía
Un presupuesto es algo más que un mal necesario. Con independencia de cual sea su nivel de ingresos, el presupuesto es una herramienta imprescindible ya que le ayudará a sacar más partido a su dinero.
- ¿Sabe usted exactamente cuánto dinero ingresa y cuánto gasta cada mes?
- ¿Sabe en qué se gasta cada $?
- ¿Tiene problemas para llegar a fin de mes?
- ¿Ahorra todos los meses o se le va todo el dinero en pagar facturas y deudas?
- ¿Cuenta con una reserva de dinero para los gastos imprevistos?.
- Si usted o su pareja perdieran sus ingresos, ¿cuánto tiempo podría seguir pagando sus gastos actuales?
Todos tenemos objetivos financieros a medio y largo plazo: comprar una casa, cambiar de coche, pagar las deudas, pagar los estudios de nuestros hijos o los cuidados de nuestros mayores, tomar unas vacaciones, ahorrar lo suficiente para vivir cómodamente después de la jubilación…
Por desgracia, muchas personas no se acercan cada mes más al logro de sus objetivos porque el dinero “se les va” en gastos diarios. Incluso tiene verdaderas dificultades para llegar a fin de mes. Sorprendentemente, ocurre también en familias que disponen de buenos ingresos.
Quizás elaborar un presupuesto le suene a algo complicado, como privarse de cosas que desea o, incluso, de las necesarias. En realidad, es todo lo contrario. El presupuesto es la forma más eficaz para sacar todo el provecho a nuestro dinero.
Al principio requiere un poco de esfuerzo, pero luego se convierte en un hábito muy beneficioso que nos permite identificar en qué gastamos nuestros ingresos y hacer los ajustes necesarios para ahorrar un poco más cada mes, y así lograr nuestros objetivos a largo plazo.
El presupuesto sirve para:
- Saber en qué se va el dinero.
- Priorizar los gastos.
- Reducir o eliminar las deudas.
- Apartar alguna cantidad todos los meses para ahorrar, teniendo en cuenta los objetivos a largo plazo.
- Evitar discusiones de pareja.
- Acumular un fondo para emergencias.
- Vivir dentro de nuestras posibilidades, con la tranquilidad que esto supone.
- Hacer previsiones de futuro.
- Llevar un seguimiento y control para no desviarnos.
2 - Paso 1: Identificar los ingresos y gastos
Probablemente sepa con qué ingresos cuenta cada mes, pero ¿sabe en qué lo gasta? Puede que le sorprenda descubrirlo.
Ingresos:
Empezamos por listar todas las entradas de dinero. Las más importantes suelen ser el salario, pero no olvide otros posibles ingresos como pensiones alimenticias, intereses de cuentas bancarias, subvenciones, trabajos extras y percepciones de sistemas de previsión social.
Gastos:
Los gastos son TODAS las salidas de dinero, por mas pequeñas que sean. Para saber realmente en qué situación estamos, hay que incluir todos los gastos actuales, desde la vivienda hasta los pequeños desembolsos diarios, como asi tambien vacaciones, regalos, etc. Todo detallada durante un mes. El resultado puede sorprender.
Una vez que tengamos una estimación fiable de nuestra situación financiera, podemos proceder al siguiente paso.
3 - Paso 2: Evaluar los gastos y hacer ajustes
Ahora toca hacer los ajustes necesarios para gastar el dinero de forma inteligente. La clave está en fijar prioridades. Gastar más de lo que se ingresa es sumamente peligroso. Si este es su caso, hay que economizar como sea.
En muchos hogares, los ingresos mensuales son relativamente estables, pero los gastos varían. Unos meses se gasta menos y al final hay un poquito de superávit. Otros meses los gastos son mayores que los ingresos y se recurre al superávit de meses anteriores para pagarlos. Y así van tirando mes a mes, pero sin llegar nunca a controlar la situación. Los problemas surgen cuando hay varios meses seguidos en los que los gastos superan a los ingresos. Entonces se agotan los ahorros y no hay más remedio que pedir dinero prestado para atender a los pagos.
En realidad, es aconsejable que los gastos no superen el 90% de los ingresos, para poder ahorrar, como mínimo, el 10% restante cada mes. Este 10% se puede destinar a reducir las deudas, a crear un fondo para emergencias y a lograr los objetivos financieros a medio y largo plazo, como acumular capital para una adquisición importante y preparar la jubilación. Sin ahorro, nada de esto es posible. Sin ahorro nunca tendremos el control sobre la situación.
Evidentemente, cuanto más ahorre, antes logrará sus objetivos, contará con más opciones de inversión y dispondrá de más control sobre su vida y su futuro.
Así que ajuste su presupuesto, tanto si tiene problemas para llegar a fin de mes como si le hubiera gustado ahorrar un poco más. Para ello sólo hay dos opciones: aumentar los ingresos o reducir los gastos.
Como normalmente al principio no está en nuestras manos aumentar los ingresos, lo habitual es tener que reducir gastos. Pero, ¿Cómo reducir gastos?
Nunca es divertido recortar gastos, pero hasta lograr una situación financiera saneada suele ser un mal necesario. La clave está en priorizar.
Conviene distinguir entre:
- Gastos fijos obligatorios: como la hipoteca o alquiler de la casa y las cuotas de otros préstamos. Su importe no varía mucho mes a mes.
- Gastos variables necesarios: comida, ropa, electricidad, etc.
- Gastos discrecionales: todos los demás gastos que, en caso de necesidad, se podrían reducir o eliminar.
Gastos discrecionales
Se trata de todos aquellos gastos para cosas que nos gustan, pero que no son imprescindibles. Cuando hay que recortar, deben ser los primeros. Todos podemos descubrir gastos superfluos que realmente no añaden mucho a nuestra calidad de vida, y que drenan fondos que podríamos utilizar para otros fines más productivos.
Calcule honestamente lo que representan al año las cosas que se compran porque “están bien de precio”, los DVD que sólo se ven una vez, las suscripciones de revistas que no se leen, los mensajes multimedia y descargas para el teléfono móvil y las comidas innecesarias fuera de casa. Tener mucho cuidado con los lujos disfrazados de necesidades!
Dicho esto, en cuanto hayamos salido de los números rojos, es buena idea presupuestar algo para ocio, siempre sin endeudarnos. También hay que disfrutar de la vida, y los presupuestos son como las dietas: los demasiado estrictos suelen fracasar. Lo importante es buscar la forma de incluir estos conceptos dentro del presupuesto y ajustarse para no gastar más de lo permitido.
Gastos variables necesarios
Electricidad, comida, transporte, son gastos necesarios para vivir, pero de los que podemos ahorrar si hacemos un uso racional. Por ejemplo, tenemos la posibilidad de reducir la factura de la luz apagando lámparas, ajustando el termostato y utilizando lamparas de bajo consumo.
Como estos gastos son necesarios, normalmente sólo es posible economizar haciendo pequeños recortes. Un poquito aquí, un poquito allá, es el ahorro típico de la hormiguita: comprar marcas más económicas, andar o utilizar transporte público en vez de pagar gasolina y parking, coger el autobús o metro en vez de un taxi, comprar ropa, muebles y electrodomésticos sólo durante las rebajas y sólo si hace falta!, comparar precios de distintos establecimientos, buscar el mejor plan para el teléfono e Internet, etc. Suele haber más margen de lo que piensa.
Gastos fijos obligatorios
Son, por ejemplo, la hipoteca o el alquiler de la vivienda, impuestos u otros préstamos bancarios. Hay que pagarlos sin falta y sus importes son difícilmente negociables. Si no se abonan al banco dentro de los plazos establecidos, se aplicarán gastos adicionales de demora, engordando cada vez más la deuda y la cantidad a pagar. Además, puede verse afectado nuestro historial crediticio, lo que dificultará la obtención de crédito en el futuro. Hay que pagar estos gastos al principio y sin falta.
4 - El ahorro como gasto fijo obligatorio.
Hay que enfocar al ahorro como una recompensa o un pago que se hace a sí mismo todos los meses.
Con la excepción de unos pocos afortunados, todos trabajamos mucho para ganar nuestros salarios; dinero que luego se destina a pagar a los demás: al banco, al propietario del lugar en donde vivimos, a los colegios, al Estado, a las compañías de electricidad, teléfono y seguros. Todos son pagos necesarios, pero ¿por qué uno no se paga también a sí mismo?. ¿Solo con gastos nos gratificamos?
Ya hemos mencionado la importancia del ahorro para lograr nuestros sueños y el objetivo de guardar cada mes por lo menos el 10% de los ingresos. La mejor forma de lograrlo es incorporando ese 10% dentro de los gastos fijos obligatorios del presupuesto. Es decir, asuma la obligación de pagarse una cantidad fija cada mes antes de presupuestar otros conceptos variables. Separe todos los meses un 10% de sus ingresos, como mínimo. Quizá su entidad bancaria ofrezca alguna opción para transferir esta cantidad desde su cuenta a alguna cuenta de inversion o cuenta de ahorro, de forma automática todos los meses. Lo importante es lograr el hábito a principios de mes antes de gastar el dinero en otras cosas, ya que si nos acostumbramos a no contar con este 10% dedicado al ahorro, no lo percibiremos como un dinero que podemos gastar.
Posiblemente, según sus circunstancias personales o la etapa de su vida, después de realizar todos los recortes posibles, el presupuesto siga siendo demasiado ajustado para permitir este 10% de ahorro mensual. No se desespere; póngase de momento una cantidad menor, un 5% o incluso menos. Aunque sólo pueda ahorrar 5 ó 10 euros cada mes, merece la pena. La cantidad es menos importante que la constancia. Busque la forma de incorporar el ahorro sistemático, por pequeño que sea, a su manera de vivir.
5 - Paso 3: Aplicar el nuevo presupuesto y hacer un seguimiento.
Empiece ya a poner en práctica su nuevo presupuesto y recobre el control sobre su vida financiera. Recuerde que el objetivo es que nuestros ingresos cubran todos nuestros gastos, incluido el 10% destinado al ahorro mensual. Una vez identificados los recortes necesarios para conseguirlo, confeccione su presupuesto y comprométase a cumplirlo. Planifique los gastos y el ahorro y convierta su cumplimiento en un hábito
6 - Paso 4: Revisar el presupuesto y hacer los ajustes necesarios
Una vez que tenga un presupuesto realista y bien elaborado, el seguimiento y control de sus gastos se convertirá en un hábito. Es normal revisar varias veces el presupuesto para que se ajuste a la realidad con objetivos alcanzables. Si sus ingresos aumentan, no deje que sus gastos aumenten por igual importe, si quizas en el mismo porcentaje.
7 - Consejos para gestionar mejor el presupuesto
Le ofrecemos algunas recomendaciones para asegurar el éxito de su presupuesto. Verá como se trata de un pequeño esfuerzo que merece mucho la pena.
- Sea sincero sobre cuánto se gasta al mes. Coteje las cifras con la realidad.
- Si vive en pareja o tiene familia, involúcrelos en el presupuesto.
- Sea metódico y clasifique, ordene y guarde sus papeles y documentos.
- Busque un sistema para hacer un seguimiento de los gastos que resulte cómodo para todos. Agenda, calendario o PC. lo que le resulte mas cómodo.
- Apunte en el calendario las fechas de los vencimientos de pagos: contribución, impuestos de circulación, pólizas de seguros, cuotas de préstamos y todos los recibos domiciliados. Esta previsión le evitará sorpresas y penalizaciones por demoras o por saldo negativo.
- Compruebe los extractos de cuentas, los recibos domiciliados y los resúmenes de tarjetas de crédito en cuanto se reciben y contacte con su entidad bancaria si no entiende algo o si cree que hay un error.
- Controle regularmente su presupuesto: mida sus gastos y repase sus cuentas bancarias con frecuencia. Si es necesario, proceda a los ajustes oportunos para hacer frente a algún imprevisto.
Apuntar los ingresos y los gastos permite prever cuándo necesitará emplear fondos adicionales procedentes del ahorro o de préstamos e identificar qué gastos se podrían reducir o aplazar hasta un momento de mayor desahogo económico. Si se ajusta al presupuesto verá cómo su dinero se estira.
El control de sus cuentas bancarias, con los documentos a mano y ordenados, le permite, en caso de necesidad, demostrar que ha pagado una deuda o una factura y reclamar cualquier cobro indebido.
Si todo esto le parece trabajo y esfuerzo extra, considere que si no lleva el control de su dinero es imposible llevar el control de su vida. ¿Acaso hay algo que merezca más unos minutos de dedicación?
8 - Resumen
Razones para elaborar un presupuesto:
- Gestionar mejor su dinero
- Ver como aumentan sus ahorros
- Mejorar su calidad de vida
Consejos para llegar a fin de mes:
- Conozca bien todos sus gastos (apunte todo durante un mes).
- Priorice los gastos y elimine aquellos que no mejoren su calidad de vida.
- Recorte los gastos discrecionales y reduzca en lo posible los variables hasta que la totalidad de sus desembolsos no supere el 90% de los ingresos.
- Utilice dinero en efectivo para sus gastos diarios.
- Elimine deudas por las que paga un interés alto (entre otras, los pagos aplazados de las tarjetas).
- Aparte alguna cantidad todos los meses para ahorrar.