Planificando la Jubilacion

1. Prepárese para el futuro

Los años de la jubilación pueden ser la etapa más larga de su vida. Decida cómo quiere pasarla y comience a dar los pasos para prepararse.

La jubilación cambia la vida de una persona de forma significativa. Pero afortunadamente, hoy en día llegar a la jubilación ya no es sinónimo de ser demasiado viejo para trabajar, ni demasiado frágil para disfrutar. Ahora, es simplemente otra etapa en la vida, y para muchos, la más feliz. Pero junto con la alegría de recuperar la semana para disfrutarla como se quiera, llega la realidad de no cobrar un salario.

Una jubilación cómoda requiere complementar la Seguridad Social y pensiones empresariales con el ahorro e inversión personal. Para que la “edad dorada” realmente sea dorada, sin que sufra el nivel de vida al que estamos acostumbrados, resulta imprescindible prever, planificar y ahorrar desde ahora.

Nunca es demasiado pronto para empezar a ahorrar para la jubilación. Sea cual sea su edad o situación familiar, debe figurar entre sus objetivos financieros prioritarios. Cuantos más años le queden para ahorrar, menos cantidad tendrá que sacrificar todos los meses y más colchón podrá acumular para disfrutar durante esa etapa de su vida.

Planificar para la jubilación consiste en:

- Calcule cuántos ingresos mensuales necesitará después de jubilarse.
- Estime las otras fuentes de ingresos con los que podrá contar, como la pensión pública o pensiones empresariales, si las hubiera.
- Calcule la diferencia entre los primeros dos puntos.
- Estime la cantidad total que necesitará ahorrar para cubrir este desfase, teniendo en cuenta las expectativas de vida (cuantos más años viva, mayor será el fondo acumulado necesario).
- Elija los mejores instrumentos financieros para poder conseguir el ahorro objetivo y empiece ya.

2. Calcule cuánto dinero necesitará al mes después de jubilarse.

El objetivo habitual es mantener el mismo estilo de vida al alcanzar la jubilación. Haga una estimación de sus necesidades económicas y encuentre la manera de satisfacerlas.

Debe estimar cuánto dinero necesitará cuando se jubile para fijar la cantidad que debe empezar a ahorrar al mes. Este paso es crucial. No podrá planificar bien el ahorro si no se determina su objetivo. Un criterio muy utilizado es que durante el retiro hará falta entre un 70%-90% de los ingresos previos a la jubilación.

Se estiman gastos mensuales inferiores porque se supone que la mayoría de la gente ya tendrá pagada su vivienda, que ahorrará en ropa, desplazamientos y otros costes relacionados con el trabajo, y que tendrá que pagar menos impuestos. Pero esta regla no es necesariamente válida para todo el mundo. Para muchos, las necesidades económicas cambian, pero los gastos totales no varían mucho e incluso pueden subir.

Tenga en cuenta tambien la vida a la que aspira para estimar cuánto dinero necesitará. Y revise sus cálculos todos los años.

3. Calcular la diferencia.

La diferencia entre lo que estima que necesitará al mes, después de jubilarse, y el importe que va a cobrar en concepto de pensiones, será la cantidad que tendrá que poner de su parte mediante el ahorro personal.

5. Calcule el ahorro necesario, considerando la esperanza de vida.

Parece raro tener que pensar en esto, pero ¿cuántos años cree que vivirá después de la jubilación? Evidentemente, sin una bola de cristal es difícil saberlo, pero se trata de planificar en el tiempo el fondo necesario para generar un flujo de rentas a lo largo del resto de su vida. Cuantos más años de vida después de la jubilación, más fondo tendrá que acumular.

Si calcula que necesitará USD 500 al mes para complementar la pensión pública y que vivirá 22 años después de jubilarse (hasta los 87 años), necesitará ahorrar:

(USD 500 x 12 meses = USD 4.800) x 22 años = USD 120.000.

Por supuesto la esperanza de vida está muy influida por el estilo de vida que lleva, por la nutrición, por antecedentes familiares, por condiciones de salud ya existentes, etc. Hay que planificar el ahorro añadiendo siempre un margen mínimo de 5 años para no quedarse corto.

Acuérdese de considerar también el efecto de la inflación. Para los que ahora ya están jubilados, las pensiones públicas se ajustan todos los años para compensar la subida del coste de la vida, pero hay que tener en cuenta que el mismo importe de los ahorros privados no alcanzarán igual dentro de 5, 10 ó 20 años.

Tambien, con la medicina de hoy en dia, cada vez es posible vivir más años... Hay que contar con esta perspectiva a la hora de calcular el fondo que necesita acumular.

6. Elegir los mejores instrumentos financieros

Existe una amplia gama de productos específicos que permiten ir construyendo un fondo para la jubilación. Encuentre los que mejor encajen con su edad, preferencias y situación económica.

Siendo la jubilación un objetivo financiero tan importante, no es aconsejable utilizar sólo un producto de ahorro-inversión. Diversifique.

Como norma general, cuantos más años le queden hasta la jubilación, más agresiva puede ser su política de inversión. Es decir, podrá invertir mayor porcentaje de su capital en productos con un nivel de riesgo medio-alto con la esperanza de recibir a cambio una rentabilidad mayor. Por supuesto, el mayor riesgo significa también más posibilidades de no obtener la rentabilidad esperada e incluso de perder el capital invertido. Pero a largo plazo los inversores siempre pueden aguantar mejor las subidas y bajadas de los mercados financieros, y cuando más joven sea, con más tiempo contará para recuperarse de la pérdidas, si las hubiera.

¿Para qué arriesgar? La respuesta es para buscar mayor rentabilidad. No olvide que la inflación también juega con sus ahorros: cualquier dinero que no genera una rentabilidad por lo menos igual a la tasa anual de inflación está perdiendo valor.

A medida que se acerca a la edad de la jubilación suele ser prudente revisar sus inversiones y concentrarlas en alternativas más conservadoras. No obstante, algunos expertos recomiendan mantener, incluso después de la jubilación, un pequeño porcentaje del dinero en renta variable o algún instrumento que persiga mayor rendimiento y así intentar aumentar la rentabilidad de sus inversiones.

No obstante, es importante conocer bien los riesgos de cada inversión. Nunca se debe asumir un riesgo si no se siente cómodo con las perspectivas.

Nota: Resístase siempre a la tentación de utilizar los fondos destinados a la jubilación para cualquier otra necesidad. Es importante constituir un fondo de emergencia equivalente a entre tres y seis meses de gastos corrientes para cubrir pequeños imprevistos y no interrumpir la planificación de la jubilación. El tiempo perdido será difícil de recuperar más tarde.

7. Nota especial: las mujeres y la jubilación

Por muchas razones, una adecuada previsión económica de la jubilación es especialmente importante para las mujeres. Las mujeres suelen tener dificultades añadidas que hacen todavía más importante una adecuada planificación de su jubilación.

Las mujeres, como media, están todavía discriminadas salarialmente, con sueldos inferiores a los de los hombres, trabajan más a tiempo parcial, por lo que cotizan menos a la Seguridad Social, y acceden menos a sistemas de previsión privados en sus empresas.

Las mujeres tienden a perder más años de cotización por cambiar de empleo o por interrumpir sus carreras para criar a sus hijos o para cuidar de sus maridos, sus padres u otros parientes cuando estos enferman.

Las economías de las mujeres, por las circunstancias antes detalladas, suelen sufrir más que las de los hombres en caso de divorcio o fallecimiento del cónyuge. Las mujeres gozan, como media, de una esperanza de vida entre cinco y siete años mayor que los hombres, lo que significa que sus ahorros deben durar mucho más tiempo.

8. ¿Cómo recuperar el tiempo perdido si ha empezado tarde?

Nunca es pronto para empezar, pero no se preocupe si hasta ahora no se lo había planteado. ¡Mejor tarde que nunca! Siempre hay opciones para aprovechar el tiempo de ahorro que falte hasta la jubilación.

Ya hemos dicho que nunca es demasiado pronto para empezar a ahorrar para la jubilación. Pero ¿qué pasa si ya tiene 45 años o más y nada planificado? Nunca es demasiado tarde para empezar, aunque probablemente deberá hacer ciertos sacrificios adicionales. Es decir, nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para planificar su jubilación. Lo peor es no empezar nunca.

Algunos consejos

- Ahorre más. Póngase como objetivo un 20% ó 30% adicional, según su edad.
- Revise su cartera. Si todavía le quedan 10 años o más para jubilarse, y si su tolerancia al riesgo lo permite, podría aprovechar alternativas de inversión con mayor rentabilidad potencial. Consulte con un asesor financiero y conozca los riesgos antes de tomar decisiones.
- Procure jubilarse más tarde.
- Piense en algun negocio para despues de jubilarse.
- Si tiene una hipoteca con un plazo más allá de su fecha de jubilación, busque la forma de pagarla o reducirla antes. Será uno de sus mayores gastos y la deducción fiscal después de la jubilación será menos importante.
- Revise sus expectativas en cuanto al estilo de vida que va a tener después de la jubilación.

9. La otra planificación: los seguros

A medida que nos hacemos mayores pueden ir apareciendo algunos problemas de salud. Desde el punto de vista económico, existen distintas opciones para afrontarlos. La principal preocupación entre las personas mayores es la disminución de su salud.

Si tiene un seguro de salud privado y lo quiere mantener después de la jubilación, debe saber que el coste de las primas se incrementa considerablemente con la edad. Valore bien si merece la pena, sobre todo si la mayoría de las coberturas son servicios que no va a utilizar.

En el seguro de salud la entidad aseguradora se obliga a prestar al asegurado los servicios de atención sanitaria, bien directamente a través de una red de hospitales y médicos o bien mediante el reembolso de los gastos ocasionados. Estos últimos se denominan seguros de reembolso de gastos, y en ellos el asegurado tiene derecho a la libre elección de médicos y hospitales.

10. Después de jubilarse

Adapte el presupuesto a su nueva situación económica y conozca todas las ayudas, descuentos y alternativas financieras disponibles para las personas jubiladas.

Cuando se jubile, usted tendrá que revisar su situación económica. La planificación financiera, incluyendo el ahorro y la inversión, no termina al cumplir los 65 años.

Necesitará elaborar un nuevo presupuesto con los importes reales de todas sus fuentes de ingresos y sus gastos actuales. Revise este presupuesto cada año. Si no ha logrado acumular un colchón suficiente para su jubilación, probablemente tendrá que recortar o eliminar gastos. Recuerde que la regla número uno de “gastar siempre menos de lo que ingresa” sigue tan válida después de jubilarse.

Los ahorros e inversiones que no retira seguirán generando intereses. Lo que pasa es que ahora usted probablemente retirará más de lo que ahorra, así que los intereses a cobrar y el acumulado total irán disminuyendo en vez de creciendo, como ocurría en los años previos a la jubilación. Tenga cuidado: sus ahorros tendrán que durar muchos años, y si se gastan antes del tiempo, sólo le quedarán las pensiones públicas para vivir.

No olvide aprovechar las ayudas económicas destinadas a los pensionistas. Tendrá derecho a descuentos importantes en abonos de transporte, trenes, hoteles, entradas de museos, teatro y de cine. No siempre le ofrecerán estos descuentos si no los pide, así que siempre conviene hacerlo.

Una vez jubilado, probablemente retire más dinero del que ahorra. Tenga cuidado: si gasta los ahorros sólo le quedará las pensiones públicas para vivir.

Si usted es propietario de su vivienda y necesita ingresos adicionales para disfrutar de su jubilación, tiene varias opciones.

- Vender la casa. Muchos jubilados prefieren vender su vivienda y cambiar a otra más pequeña. Aparte de las ganancias que pueden obtener con la venta, una casa más pequeña exige menos gastos de mantenimiento y menos trabajo de limpieza. También existe la posibilidad de cambiar a un barrio o ciudad donde los precios de viviendas y coste de la vida en general sean menores. Hay que tener cuidado con la implicaciones fiscales de vender la vivienda, ya que se trataría de una ganancia patrimonial, sujeta al pago de impuestos.

- Vivienda pensión (también llamada renta vitalicia inmobiliaria). Es una fórmula que permite a una persona mayor obtener ingresos regulares, utilizando el valor de su propia vivienda. Se formaliza un contrato de compraventa de la casa con una compañía de seguros a cambio de recibir una renta vitalicia cuyo importe estará vinculado al valor de tasación de la vivienda y de las expectativas de vida del cliente.

La hipoteca inversa. La hipoteca inversa es otro producto diseñado para proporcionar a las personas mayores, propietarios de su vivienda, la obtención de unos ingresos mensuales adicionales. Pero a diferencia de lo que ocurre con la vivienda pensión, con la hipoteca inversa no se pierde necesariamente la propiedad de la casa.

Se trata de un préstamo que se hace al propietario, con la vivienda como garantía. En vez de pagar una cuota mensual al banco como en caso de adquisición de una vivienda, se hace el inverso. La entidad de crédito va prestando una cuota mensual al propietario durante un plazo de tiempo fijado (normalmente entre 10 y 20 años) a un tipo de interés fijo. El importe de la mensualidad estará en función del valor de tasación de la vivienda y el plazo.

Con la hipoteca inversa, en vez de pagar una cuota mensual al banco, la entidad de crédito va prestando una cantidad mensual al propietario durante un plazo de tiempo fijado. No se renuncia a la propiedad, pero los herederos tendrán que devolver el préstamo. La persona mayor sigue siendo propietaria de su vivienda y puede seguir viviendo en esta o utilizar el dinero recibido para alquilar o comprar otra casa o para costear una residencia.